Hiperacusia: Comprendiendo el Dolor Auditivo y su Impacto en la Vida Diaria

La mayoría de las personas disfruta de los sonidos del entorno sin dificultad: una conversación, la música o el ruido del tráfico forman parte del día a día. Sin embargo, para quienes padecen hiperacusia, estos sonidos pueden convertirse en una experiencia dolorosa, molesta y difícil de tolerar.

¿Qué es la hiperacusia?
La hiperacusia es un trastorno auditivo caracterizado por una sensibilidad exagerada a los sonidos, incluso a aquellos que no son especialmente fuertes. Lo que para la mayoría resulta normal, para alguien con hiperacusia puede sentirse ensordecedor o insoportable.

Causas más comunes
Las causas de la hiperacusia son diversas y, en muchos casos, se asocian a:

  • Exposición prolongada a ruidos intensos.
  • Lesiones en el oído interno.
  • Traumatismos craneales.
  • Enfermedades neurológicas.
  • Secuelas de infecciones auditivas.
  • Estrés y ansiedad, que pueden agravar la percepción del sonido.

Síntomas y señales de alerta Quienes la padecen suelen experimentar:

  • Dolor o incomodidad frente a sonidos cotidianos (como una aspiradora o el timbre del teléfono).
  • Dificultad para permanecer en lugares concurridos o ruidosos.
  • Ansiedad anticipatoria al pensar en situaciones con ruido.
  • En casos severos, aislamiento social para evitar la exposición sonora.

Impacto en la vida diaria
La hipoacusia no solo afecta la audición, también repercute en la salud emocional y social. Muchas personas comienzan a evitar reuniones, eventos o incluso actividades cotidianas, lo que puede generar sentimientos de frustración, soledad y estrés. La calidad de vida se ve comprometida si no se recibe atención adecuada.

Tratamientos y manejo
Aunque no existe un tratamiento único, hay estrategias que pueden mejorar significativamente la condición:

  • Terapia de reentrenamiento auditivo (TRT): ayuda a acostumbrar progresivamente al oído a los sonidos.
  • Uso de protectores auditivos en ambientes ruidosos, sin abusar de ellos para no aumentar la sensibilidad.
  • Terapias psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual, para manejar la ansiedad asociada.
  • Medicamentos y rehabilitación auditiva, según la causa específica.
  • Hábitos saludables, como controlar el estrés y evitar la exposición a ruidos intensos.

Publicaciones Similares